miércoles, 23 de noviembre de 2011

La Motivación Didáctica

En un sentido amplio, motivar consiste en dar motivos a alguien, hacerle sentir una verdadera necesidad de algo. Desde el punto de vista educativo, este trascendental aspecto puede definirse como una serie de recursos que utiliza el educador, primero para despertar el interés del educando por el conocimiento que aquél impartirá, y luego, para conservarlo a lo largo de la clase.




Hay quien asegura que la mayor parte de la diferencia que se presenta entre un buen maestro y uno malo, esta en la forma en como interpretan la motivación del ser humano. Si la motivación es pobre, el aprendizaje también lo será.




En ocasiones el educando llega a perder el interés por la actividad que está desarrollando, provocando intranquilidad y nerviosismo en el maestro. Esto ocurre principalmente por las siguientes causas:







  1. El educando se encuentra rodeado de una gran cantidad de estímulos capaces de desviar su interés por la clase.



  2. La inmadurez e inexperiencia propias de su edad le impiden darse cuenta de la importancia de lo que le están enseñando.




  3. Y a veces es el propio maestro el que se convierte en un factor negativo para la conservación del interés, al encargarle al alumnos tareas que por su complejidad le resultan imposibles de llevar a cabo.


"Es por todo esto que el maestro tiene que procurar convertir el aprendizaje en una fuente inagotable de satisfacciones, aunque no olvidemos que como alumnos se tiene una gran responsabilidad en su proceso de enseñanza aprendizaje".











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